A inicios del siglo XIX, los destructores de máquinas (´ludditas´) resistieron el avance deun sistema que acabó por fagocitar, como previeron, la autonomía de las fuerzascomunales. Esa ira anti-maquínica fue, luego, ríos de tinta; y costó miles de vidas. SigloXX. A la salida de la Segunda Guerra, florece la cibernética y estalla la polémica por las´dos culturas´: ¿deben regirnos las ciencias duras o las humanidades? Una torva miradarecae sobre la técnica y la tecnología confundidas progresivamente con las cienciasaplicadas, en una arrolladora maraña totalitaria. Años sesenta. Carrera espacial. Disidentesrománticos. La prole luddita de los intelectuales apocalípticos libró y perdió esas y otras batallas. Un puñado de décadas bastó para que el ciberespacio materializara la dominaciónsistémica -danza macabra de nuevas tecnologías, marketing, sociología (estadísticas), psicología (manipulación), medios de comunicación. Los integrados aplauden. El foquismoterrorista viral muta. Esperpénticos líderes mesiánicos reclaman ser ungidos. Elhipertecnológico siglo XXI lame nuestros tobillos. El sujeto medio, en Babia. …